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La demanda de productos oceanográficos va en aumento, mientras que muchas poblaciones de peces silvestres están en declive. A medida que la población mundial crece, disfrutar de una comida extraída del mar de forma sostenible se está convirtiendo en un lujo. Al mismo tiempo, los ingresos de tripulaciones de pesca comercial disminuyen cada año. Para alimentar de forma sostenible a una población creciente, debemos mirar hacia el futuro y crear nuevas oportunidades económicas basadas en la ciencia.
• Otras medidas ambientales de referencia son la velocidad y dirección de las corrientes, la temperatura y presión del aire, el viento y las precipitaciones.
Para que la acuicultura siga siendo viable desde el punto de vista medioambiental y económico, es fundamental que se adopten nuevas normas que integren la ciencia en la producción de alimentos marinos. En 2007, un brote de anemia infecciosa del salmón (ISA) detuvo el rápido crecimiento de la industria salmonera chilena, lo que provocó una respuesta inmediata de la industria y las autoridades. En los años siguientes, la aplicación de conocimientos sobre la capacidad del medio ambiente para sostener la acuicultura ha mejorado el rendimiento y ha evitado la propagación de enfermedades a gran escala. En la actualidad, una nueva normativa (FIPA 2016-68) conduce al país hacia el futuro de una acuicultura segura y sostenible, guiada por un panel de expertos científicos.
La mayor parte de la acuicultura marina se lleva a cabo en mar abierto con jaulas para contener los peces cultivados, o bien redes y amarras para colocar mariscos o algas. Pero no todos los lugares son adecuados: integrar un centro de acuicultura artificial en el entorno natural puede afectar las aguas circundantes e imponer un riesgo para las especies cultivadas. En colaboración con los científicos, el sector de la acuicultura utiliza las mismas herramientas que los oceanógrafos y biólogos para entender su impacto en el medio ambiente y optimizar la producción. Cuando están bien informados, los operadores de pisciculturas, marisquerías y criaderos de algas pueden proporcionar alimentos marinos seguros y sostenibles.
La pesca salvaje es una tradición humana en todo el mundo, y no va a desaparecer. Sin embargo, la aplicación de los conocimientos científicos a las prácticas de acuicultura seguras puede traer importantes beneficios para el medio ambiente y la economía, garantizando que los alimentos marinos sigan estando al alcance de todos. A medida que el entorno cambia, conocer los puntos de referencia medioambientales se torna crucial para el éxito de la extracción.